jueves, septiembre 04, 2008

Giorgi Kinkladze: La última joya del City

Rodrigo Marciel.- El tiempo acaba situando a las estrellas del fútbol en el recuerdo de los aficionados. Los del United siempre tendrán a Best, Charlton o Cantona entre otros, en el Liverpool es imborrable la aparición de genios como Dalglish, Keegan o Ian Rush mientras que en el Arsenal guardan con especial cariño a Bergkamp, Henry o Ian Wright por ejemplo. Si usted pregunta a cualquier aficionado del ahora mundialmente famoso Manchester City siempre entrará en esa lista el georgiano Giorgi Kinkladze. Un brasileño que se equivocó y nació en Georgia, un genio, un superclase, verdadera magia y talento. El día que el City fichó a Kinkladze es uno de los dias más importantes en la historia del club. Fue en el año 95 cuando este mediapunta georgiano llegó a Manchester en un momento en el que el club observaba con rabia los primeros años del gran United de Ferguson. Kinkladze apareció en escena aunque no pudo evitar el fatal destino de un equipo hundido en una fuerte depresión deportiva.

Líder de aquel City
Kinkladze duró en Manchester tres temporadas. Fueron sus mejores años de fútbol dentro de un equipo que no estaba a la altura de su calidad. Es un caso parecido al de Matteuw Le Tissier en el Southampton, marcadas por la incógnita de saber que hubiese sido de ellos en un grande. Kinkladze se fue del City después de que no pudiese evitar el descenso de su club. Eso motivo su traspaso al Ajax de Amsterdam donde estuvo dos temporadas. En el Ajax le llegó su momento para triunfar y ganar títulos pero aterrizó en un equipo que vivía instalado en el recuerdo de los tiempos de Van Gaal. Venía para sustituir a Litmanen pero se frustró su salida al Barça. Eso propició que Kinki jugase en la izquierda alejado de su mejor versión en la media punta. Al final, el entrenador que confió en él, Morten Olsen, fue despedido y el nuevo técnico, Jan Wouters, apostó por Litmanen. Se perdió mucho tiempo y Kinkladze acabó volviendo a Inglaterra.

Final en Rusia
Regresó a las islas para recalar en el Derby County, ya no era el mismo aunque siguió deleitando con fabulosas lecciones maestría con ambas piernas. El siete del City ya era una sombra de lo que fue pero nunca se irá de hall of fame de los skyblues. Acabó jugando en el Anorthosis chipriota y finalmente en el Rubin Kazan ruso. Dicen que se retiró en 2007 aunque ya se le tiene perdida la pista. Hace unos años, los que vimos jugar a Kinkladze en el city, nunca llegaríamos a imaginar que más de diez años después de su marcha, su ex equipo, ahogado económica y deportivamente iba a ser ahora el club más rico del mundo. Esta temporada tienen que demostrar que han fichado bien aunque con el Kinkladze de aquella época se podría decir que el City de hoy sería candidato a casi todo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me imagino que ahora llegarán muchos oportunistas, pero el City y su excelente afición siempre me cayeron simpáticos.

Anónimo dijo...

Anda, perro, vete a que te den por culo

GLORY GLORY GLASGOW CELTIC!!

juanjo2 dijo...

Muy grande tu blog Rodrigo, me gusta mucho. Yo a Kinkladze únicamente le conocía del Ajax, que si no me equivoco coincidía con Shota Arveladze (otro gran georgiano). saludos crack

Anónimo dijo...

El comentario anterior no es mío; creo que resulta evidente, pero conviene aclararlo... Yo no me rebajo al insulto personal; sería ponerme a la altura de cualquier analfabeto matón orangista.


En estos tiempos en que Georgia se ve tan gravemente amenazada por el resurgir del monstruo semiasiático ruso, me parece muy acertado recordar a Kinkladze, uno de los más grandes futbolistas que ha dado ese país. La selección georgiana de mediados de los 90 era un equipo bastante interesante; el Manchester City acabó fichando a varios de sus integrantes, como los centrales Tskhadadze y Shelia y el delantero Kavelashvili, aunque sólo Kinkladze triunfó plenamente gracias a su excelsa calidad técnica. Otro miembro de aquella selección que llegó a jugar en Inglaterra (concretamente en el Newcastle) fue el interior derecho Temuri Ketsbaia, que había destacado en el AEK Atenas por su potencia y llegada a gol.