viernes, septiembre 05, 2008

Madcastle*

Rodrigo Marciel.- Sujeto real o imaginario en cuyo advenimiento hay puesta confianza inmotivada o desmedida. Esa es la definición que hace la Real Academia Española de Kevin Keegan, perdón, de Mesías. Con ese apelativo lo definió gran parte de la afición del Newcastle United cuando Keegan reapareció en el mes de enero para rescatar al equipo que lanzó a la fama en los 90. Keegan ha sido un técnico más en la larga y lamentable lista de despidos en una entidad que ha tirado el dinero por la alcantarilla en la última década. Pocos se aventuran a la hora de hacer un cálculo del número de fichajes sonados-fracasados que han poblado la plantilla de las urracas. La lista la ocupan técnicos de presitigio como Dalglish, Gullit o Sam Allardyce. Sólo Bobby Robson dio orden y entereza al Newcastle al mismo tiempo que fichajes estrella acababan en decepciones una y otra vez. Las lesiones, los problemas internos y externos de algunos jugadores.... Todo un cúmulo de despropósitos que no terminan de centrar a este equipo.

Coleccionista de fracasos
Keegan es un entrenador que ha acumulado decepción tras decepción desde que dejó St James Park en su primera etapa. Ha dirgido sin éxito a la selección inglesa, al Fulham, al Manchester City y ahora al Newcastle otra vez. Su carrera como entrenador merece un suspenso ya que sólo reúne en su palmarés el hecho de llevar al Newcastle a la Premier. Esos fueron sus mejores tiempos pero después lo tuvo todo para triunfar y no lo hizo. Con el Newcastle de la primera etapa gozó de un respaldo económico brutal gracias al que consiguió la adquisición de muchos de los mejores jugadores del fútbol europeo del momento como Alan Shearer, Faustino Asprilla o David Ginola entre otros. Perdió una liga cuando en enero tenía 12 puntos de ventaja sobre el United, desperdició el proyecto de Al-Fayed con el Fulham y con Inglaterra pasó con más pena que gloria. No se le puede acusar de los males actuales del Newcastle pero vivir del recuerdo a veces sale muy caro. El despido de Allardyce fue un error, el de Keegan seguramente tambié lo sea, a ninguno se les ha dado confianza y ellos tampoco han sabido contagiarla a sus jugadores. Un equipo que tiene muy difícil solución. Keegan llegó como Mesías y al noveno mes... desapareció.

*Así se puede definir a la historia del Newcastle de los últimos años. Mad (loco)-Castle (castillo), con todo nuestro cariño del mundo, el equipo blanquinegro se parece cada día más a un manicomio.

7 comentarios:

José David Palacio dijo...

Muy buen artículo, Rodrigo. Por cierto de quién es la cita final?? Del propio Reagan??

edufh dijo...

para un año que parecian que las cosas se hacian bien, fichando jugadores de equipos y no estrellas aisladas, y en ese momento le venden a Milner y le fichan a Xisco.. sin consetimiento alguno, toma ya! Normal que se vaya el hombrito

Anónimo dijo...

Que vuelva el gran Robert Lee!!!

Anfield dijo...

Los dirigentes del futbol tiene poquisima verguenza¿acaso no se puede hacer nada con cabeza?

Rodrigo Marciel dijo...

@ anfield

en el newcastle todo sale mal y yo creo que lo que tienen que hacer es un lavado de cara desde el principio, echar a media plantilla sacar a mucho canterano o fichar a jovenes con motivacion y confiar en un entrenador para hacer un proyecto a largo plazo por encima de los resultados

J. Urrutia dijo...

Cómo han cambiado las cosas desde aquella eliminatoria de UEFA que presencié en San Mamés.

El Newcastle llevaba poco en la Premier, y ya era el equipo de moda con Cole, Lee, Beardsley, etc...

Un golito de Cuco en San Mamés nos sirvió para apearles...Fue una eliminatoria muy bonita.

Eran otros tiempos...

Rodrigo Marciel dijo...

@ jurrutia

gran eliminatoria aquella, la recuerdo perfectamente, el newcastle vivia sus mejores momentos con andy cole como jugador de moda, el athletic remonto un 3 a 0 en st james park acabando 3 a 2 con dos goles de suances creo, en san mames se vivio un partido de vuelta bestial con el gol del cuco una grandisima eliminatoria , luego creo q robaron al athletic en parma