To boo or not to boo?

Rodrigo Marciel.- La palabra de moda estos días en Inglaterra es boo. Significa abucheo y eso es precisamente lo que recibió Ashley Cole después de fallar en la jugada del único gol de Kazajistán en Wembley. Varios jugadores y sobre todo Capello se han quejado de la actitud de gran parte del público que acude a Londres a ver los partidos de la selección inglesa. Antes de jugar contra los kazajos, el técnico italiano había pedido a la afición que no lanzase el clásico "¡¡¡¡booooooooo!!!!" cuando alguno de sus jugadores fallase. Muchas veces ese tipo de peticiones motiva más al sector crítico de cualquier hinchada y Cole se llevó el abucheo del día. La mayoría de la prensa británica recoge las quejas de hombres como Rio Ferdinand o David Beckham que no entienden la actitud de la grada. "No entiendo porque lo hicieron, cualquiera puede cometer un error", declaró Ferdinand o "Es decepcionante ver este tipo de cosas" destacó Beckham. En España o Italia o nunca se hubiera abierto un debate sobre si se debe o no criticar a tu jugador si lo hace mal pero esto habla y mucho de la importancia que se le da en Inglaterra a la actitud de los aficionados en la tribuna.

Afición ejemplar
Nos quedamos con un titular de la BBC que reza: "To boo or not to boo" en referencia a la famosa frase de Shakespeare "ser o no ser" en versión abucheo. A la mente llegan ahora varias preguntas ¿Deben criticar los aficionados a su equipo siempre que lo haga mal? ¿Hay que apoyarles incondicionalmente? Está claro que lo ideal sería estar siempre apoyando a tu equipo y sorprende que en Inglaterra, uno de los países donde mejor ambiente se vive en las gradas, imperen ultimamente este tipo de gritos. Uno puede decir que paga una entrada para decir lo que quiera pero lo mejor sería expresar tu descontento al final de los 90 minutos. Los ingleses y los argentinos son considerados por muchos como lo mejor en cuanto a ambiente dentro de las gradas, el hecho de escuchar abucheos en Wembley no gusta a nadie. Es bueno que haya apoyo entre los jugadores aunque no se le puede pedir al público que cierre la boca. Como en los restaurantes, el cliente siempre tiene la razón y aquí también aunque sea feo el resultado. Hay que educar a la gente con buen fútbol y verán como así no hay críticas.