Ganar sin Mou

Javier Trinidad (Antena 3- colabora pra Brit Corner y nos cuenta también sus sensaciones sobre el Chelsea y sobre Mou al que conoció en primera persona) .- El fútbol es caprichoso. Nada asegura la victoria definitiva, ni siquiera contar con el mejor entrenador del mundo. En 2004, un ruso con el dinero por castigo llamado Roman Abramovich, no tuvo esto en cuenta cuando fichó al entrenador más exitoso del momento. La púrpura de la Champions lograda con el Oporto todavía reposaba sobre los hombros de un técnico arrogante, ambicioso y, sobre todo, ganador. Su nombre, José Mourinho, su credo, la victoria.Armó un equipo compacto, mecánico, burocrático, poco atractivo a ojos del espectador. Pero efectivo como pocos, una apisonadora que arrasó las islas. Cech, Terry, Lampard y Drogba fueron las piezas maestras de su engranaje. Así llegaron dos títulos de la Premier, amén de otros triunfos destacados.

La obsesión de Abramovich

Pero no conquistó Europa. Ganar la Champions es el nirvana de Abramovich, el fin del sufrimiento. Y echó al portugués en busca de un cambio radical.Un cambio llamado Abraham Grant, la antítesis de Mourinho, un muñeco de trapo en manos del magnate caprichoso, según las malas lenguas. José Mourinho verá la final ante el Manchester por televisión, sufriendo por sus chicos, a los que siempre apoyó. Porque Mourinho es mejor tipo de lo que dice su gesto arrogante. Hace un mes tuve la oportunidad de entrevistarle. Me cautivó el aplomo, la seguridad en sí mismo, su mentalidad ganadora. Me quedé con una frase: “no me gustaría que el Calcio cambiase a José Mourinho, quiero que José Mourinho cambie el Calcio” Genio y figura