Inglaterra se agarra a la esperanza israelí

Si Rusia empata o gana en Israel y Croacia no pierde en Macedonia, Inglaterra se quedará fuera de una fase final por primera vez desde 1994. Así de claro, así de sencillo y así de dramático para Steve McClaren y sus chicos. El próximo sábado, media Inglaterra será judía, hebrea o como quieran llamarlo. A las 7 de la tarde, un empate o una victoria de Israel en casa ante la Rusia de Hiddink dejaría a Inglaterra con la posibilidad de clasificarse si gana a Croacia cuatro días después en Wembley. Una cita que se puede convertir en un auténtico calvario para McClaren si sus rivales no fallan. Sin Terry ni Rooney y con la vuelta de Beckham, Inglaterra tratará de recuperar su crédito en un partido que igual llega demasiado tarde para la escuadra de los tres leones. Para colmo, el mejor jugador de Israel se ha lesionado a última hora y no podrá ayudar a los ingleses ante los rusos. Autor del hat-trick ante el Besiktas, Yassi Benayoun, es baja para tres semanas y más que dejar tocado a su equipo, el Liverpool, deja tocada a su selección y sobre todo a Inglaterra.

Mclaren asegura que no va a dimitir
Empieza una semana complicadísima para McClaren que ya ha dicho que no va a dimitir pase lo que pase y que confía plenamente no sólo en Israel sino en Macedonia. Que Croacia pierda en Skopje se antoja más improbable y por ello las opciones de Inglaterra pasan por Tel Aviv. Allí ganó Croacia por 3 a 4 e Inglaterra empató a cero. Un terreno siempre difícil. La esperanza israelí es el clavo al que se agarra la selección inglesa con un dato para el optimismo. Israel ya le privó a Francia de acudir al Mundial de 1994 con una victoria en el Parque de los Príncipes a la que siguió la definitiva catástrofe de los galos ante Bulgaria poco después en el mismo escenario. Israel será el sábado el centro neurálgico del fútbol inglés. Atentos a la semana previa...

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