El Celtic gana en Escocia sin despeinarse

Nueva liga para el Celtic y nuevo disgusto para el Rangers. La liga escocesa de este año pasará a la historia por los problemas del Rangers, el hundimiento de lo que pudo ser y no fue del Hearts y, una vez más, la autoridad de los católicos de Glasgow que han arrasado en un año en el que también el equipo de Strachan puso contra las cuerdas al Milan en los octavos de final de la Champions. El Celtic ha confeccionado un equipo competitivo no sólo en la competición doméstica sino también lejos de las islas, la eterna deuda de los clubes escoceses.

El Celtic también tiene este año la oportunidad de ganar el doblete y poner un guinda más a un gran año en el que han conseguido rachas de once victorias consecutivas y una temporada en la que la crisis del Rangers ha dejado a los de Parkhead sin rival. El equipo ha estado liderado por el genial Nakamura, el rocoso centrocampista norirlandés Neil Lennon y secundados por la eficacia del holandés Venegoor of Hesselink. Para el recuerdo aquel hat-trick de Gravesen, los duelos con el Rangers (aún queda uno más) y ese gol en Champions de Nakamura al United. Es el título número 41 de los bhoys en su historia. Un año más, uno de los grandes de Glasgow se lleva el torneo y ya son 22 sin que lo hago un equipo distinto (el último fue el Aberdeen hace ya 22 años).

Por lo demás, el Rangers debe cambiar de arriba a abajo si quiere volver a lo más alto aunque con la vuelta de Walter Smith no sería muy extraño ver a los protestantes otra vez ahí. El resto... gran decepción del Hearts que acabó segundo el año pasado y este sólo puede ser cuarto a estas alturas. El Aberdeen ha sido el más regular y el atractivo de la campaña que viene será ver al Gretna en la Premier. Detrás de este modesto equipo hay una gran inversión económica y tiene todas las papeletas para convertirse en una amenaza para Celtic y Rangers en un futuro no muy lejano.